Una vez finalizada la primera etapa de elaboración del vino, el bodeguero los selecciona por calidades y decide cual será su destino, algunos saldrán directamente al mercado y otros se someterán a un menor o mayor proceso de crianza y envejecimiento. Entrada la primavera, comienzan a salir al mercado los primeros tintos que han pasado su reposo invernal en barrica. El vino ha evolucionado y estabilizado en barrica, se ha enriquecido con los sabores
Para decantar el vino se usan los típicos decantadores (“aireadores”) de vidrio, en la actualidad. En la antigüedad se usaban las típicas ánforas de los griegos y romanos, o decantadores de metal, debido a la dificultad de encontrar otro tipo de material. Mientras unos veían en el decantador la comodidad para servir el vino, otros ven el decantador como un recipiente donde oxigenar el vino y separarlo de sus sedimentos (taninos, sales, etc.), de
“EL VINO ESTÁ HECHO CON MIMO, CON LO CUAL CREO QUE NO HAY QUE ENTENDERLO, SINO DISFRUTARLO” Hoy he leído esta frase en uno de los tantos correos electrónicos que me llegan cada día; al principio pensé : ¡vaya frase! pero a medida que pasa el tiempo y esa frase seguía en mi mente recordé un artículo de una reputada enóloga. En este artículo esta señora, por cierto bastante reconocida en el sector vitivinícola en