¿Por qué ellas prefieren rosados o blancos?
Cuando nos iniciamos en la cata de vinos, hay que destacar, que en esos cursos la presencia de la mujer es mayoritaria, ahí queda el dato. Empezamos con blancos y rosados, esto tiene un motivo, los vinos tintos presentan una dificultad: el amargor, característicos de estos, y es por ello que empezamos descubriendo los vinos blancos y rosados por ser ligeros. Pero claro, este tipo de proceder despierta una sutileza que los enólogos, profesores de cata y comerciales, han aprovechado con bastante habilidad. ¿Qué tal si ofrecemos al género femenino la gama más “light” de nuestros productos? Y vamos, que nos podrían decir, que el consumo de blancos y rosados, eliminan esa celulitis que acampa a sus anchas, en la parte superior de nuestras piernas, porque poseen una sustancia o propiedad, de las que carecen los tintos, y ahí está, sí, ahí está, la explicación de porque usted, mujer, consume vinos blancos y rosados. Pero no, no nos engañemos, el motivo de que nos los asocien, es que son vinos ligeros, frescos y por tanto más fáciles de beber.
Dejar claro, que muchas veces las mujeres no somos ligeras ni frescas, ni nuestras papilas flipan con los ácidos ni nos vuelven locas las sensaciones dulces, o no menos, que a cualquier otro mortal, que no esté acostumbrado a valorar las sensaciones amargas y astringentes, características de los vinos tintos. No obstante, esa preferencia, que la hay, tiene que ver más con el inicio o acercamiento al mundo del vino, que a una cuestión de género. Vendrán más mujeres capaces de valorar vinos con cuerpo y complejos, capaces de valorar el bouquet de los vinos nobles, porque en un mundo mayoritariamente de hombres la mujer triunfa. Por favor, en definitiva habrá que tener cuidado con las etiquetas.
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